Fuerza Muscular

Desde el punto de vista de la mecánica es toda causa capaz de modificar el estado de reposo o de movimiento de un cuerpo. La fuerza es también la causa capaz de deformar los cuerpos, bien por presión o por estiramiento o tensión. En pocas palabras la fuerza es empujar de algo o tirar de algo (McGuinnes, 1999).

Desde el punto de vista de la fisiología, la fuerza se entiende como la capacidad de producir tensión que tiene el músculo al activarse. Teóricamente, esta capacidad esta en relación con una serie de factores, como son: el numero de puentes cruzados de miosina que pueden interactuar con los filamentos de actina (Goldspink, 1992), el numero de sarcomeros en paralelo, la tensión especifica o fuerza que una fibra muscular puede ejercer por unidad de sección transversal (Semmler y Enoka, 2000), la longitud de la fibra y del músculo, el tipo de fibra y los factores facilitadores e inhibidores de la activación muscular.”

La fuerza fue definida de diversas maneras según los distintos autores, pero el sentido de la definición es siempre el mismo.

Según Grosser, Starischka y Zimmerman la fuerza es “la capacidad para superar resistencias o contrarrestarlas por medio de la acción muscular”.(2)

Según Morehous, dice que “la fuerza es la capacidad de ejercer tensión contra una resistencia”.(3)

Según Zacziorski, la define como “la capacidad para vencer resistencias externas o contrarrestarlas mediante esfuerzos musculares”. (4)

Según Bompa,es la capacidad neuromuscular de superar resistencias internas o externas gracias a la contracción muscular”. (5)


La actividad muscular puede manifestarse de diversas maneras:

  1. Dinámica: La masa muscular genera tensión y se observa desplazamiento, con acercamiento o alejamiento de los puntos de origen e inserción muscular (hay movimiento de los segmentos óseos, y modificación del o los ángulos articulares implicados en el gesto). Dentro de esta se distinguen los siguientes subtipos de tensiones dinámicas:
  2. Dinámicas concéntricas: Se producen cuando el músculo se acorta y el nivel de fuerza interna supera al de fuerza externa.
  3. Dinámicas excéntricas: Se producen cuando el músculo se alarga y el nivel de fuerza interna es inferior al de la externa.
  4. Estáticas o isométricas: La masa muscular genera tensión pero no se observa movimiento externo aparente, aunque sí lo hay a escala interna, ya que lo único que permanece relativamente estático es el o los ángulos articulares implicados en el gesto, pero hay acortamiento de las fibras musculares y de los elementos intrasarcoméricos que es compensado por los sistemas elásticos intramiofibrilares, y los tendones de los músculos implicados, de modo que el largo muscular y especialmente los ángulos articulares, no se modifican significativamente, aunque la tensión muscular aumenta, trasmitiendo fuerza y generando trabajo ya que hay un gasto de energía acorde con el nivel de esfuerzo producido.

Clasificación de la Fuerza

Fuerza máxima

A este tipo de fuerza algunos autores la denominan como la fuerza superior que puede ejecutar un grupo muscular con una máxima oposición. Este tipo de esfuerzo se da a través de una contracción voluntaria.

La fuerza máxima supone las posibilidades que el deportista puede demostrar durante una contracción muscular voluntaria. Platonov plantea que la fuerza máxima del ser humano no debe ser identificada con la fuerza absoluta, que refleja las posibilidades de reserva del sistema neuromuscular. Dichas posibilidades no pueden manifestarse totalmente incluso con una estimulación máxima voluntaria, sino que solamente lo pueden hacer en condiciones de acciones externas especiales (extensión de la musculatura totalmente contraída.

Fuerza rápida o fuerza velocidad

Este tipo de fuerza constituye la capacidad de superar resistencias externas con una velocidad máxima de contracción.

Aquí juega un papel destacado la clasificación de las fuerzas, atendiendo a los planos musculares que participan, ya que un deportista puede tener una fuerza rápida local en un plano y en otros no.

La fuerza – velocidad según el Profesor Vladimir N. Platonov “es la capacidad del sistema neuromuscular de movilizar el potencial funcional para lograr altos índices de fuerza en el tiempo más breve posible”.

Esta fuerza demostrada en condiciones de notable resistencia suele ser caracterizada como fuerza explosiva, mientras la fuerza ejercida contra una resistencia pequeña o media con una gran velocidad inicial se conoce como fuerza de salida

Resistencia a la fuerza

Es la capacidad de resistir los estados de cansancio que posee el organismo durante ejercicios de fuerza, esfuerzos tanto internos como externos, prolongados o repetidos.

Autores como Platonov, plantean la fuerza – resistencia como la capacidad de mantener índices de fuerza medianamente altos, durante el mayor tiempo posible.

Evolución de las fibras musculares a lo largo del tiempo.

La figura 1, muestra la evolución del número total de fibras musculares (A) y del grosor (área de la sección transversal) del músculo, a lo largo de los años, en hombres sedentarios (B).


Se observa que entre los 20 y los 30 años de edad, se tienen los valores más elevados de número de fibras musculares y de grosor del músculo. A partir de los 30 años se produce una disminución tanto del número de fibras musculares como del grosor y de la masa del músculo. Esta disminución suele ser ligera, aunque significativa, entre los 30 y los 50 años (cercana a un 10%). Sin embargo, a partir de los 50 años la disminución en la masa muscular es mucho más pronunciada y se acompaña de un aumento de la grasa intramuscular. A los 80 años de edad, un hombre sedentario puede haber perdido entre un 30% y un 40% de la masa muscular que tenía a los 30 años.

Se ha observado que esta pérdida se debe a que algunas fibras musculares pierden su inervación (el estímulo que reciben del nervio) y se atrofian. Esta atrofia de los músculos hace que el grosor de los mismos disminuya.

La práctica de ejercicios de fuerza  producen un aumento significativo del grosor del músculo y previene en parte la reducción del tamaño del músculo que se observa con la edad.

Por lo tanto, se puede concluir que una gran parte de la disminución del tamaño del músculo que se observa entre los 20 y los 50 años y pasados los 50años de edad en hombres y mujeres, se puede evitar haciendo ejercicio físico de fuerza de modo frecuente. En menor medida, la pérdida de masa muscular también puede explicar hasta un 30% de la disminución de la resistencia aeróbica (en el fondo físico) que se observa en personas de edad avanzada. También, conviene recordar que la pérdida de fuerza en personas mayores está directamente relacionada con una reducción de la movilidad y de la capacidad para realizar tareas de la vida cotidiana. A partir de esta edad, la reducción de la fuerza también esta relacionada con el incremento del riesgo de sufrir caídas, especialmente en aquellas personas que presentan un disminución importante de la masa muscular y de la capacidad de equilibrio.

La figura 2 muestra la evolución media de la fuerza de prensión de la mano, en hombres (curva de arriba) y en mujeres (curva de abajo) que no hacen ejercicio físico regularmente, desde la infancia hasta la vejez. Los valores de fuerza de prensión de la mano suelen ser un buen reflejo de la fuerza global de una persona. Se observa que tanto en hombres como en mujeres, la fuerza de prensión de la mano comienza a disminuir lentamente entre los 30 y los 50 años de edad, y mucho más rápidamente a partir de esa edad. La disminución media suele ser de un 5% a un 10% entre los 20 años y los 50 años de edad. Sin embargo a partir de los 50 años la velocidad en la pérdida de fuerza es aproximadamente de entre un 10% y un 15% por década, o incluso mayor a partir de los 75 años de edad. Además la pérdida de fuerza con la edad afecta con preferencia a los músculos de las extremidades inferiores.

Los valores medios de fuerza muscular de las mujeres suelen ser un 20% a un 40% inferior a los de los hombres. La pérdida de fuerza con la edad suele ser más pronunciada en algunos grupos de músculos, como los músculos del cuello, el cuadriceps, los glúteos y los abdominales.

Figura2 (7)
Evolución de los valores medios de fuerza de presión de la mano, desde la infancia hasta la vejez, en hombres (curva de arriba) y en mujeres sedentarias.


La disminución de los valores de fuerza muscular que se observa con la edad se debe a que disminuye el número y el tamaño de las fibras musculares y a que disminuye la velocidad de propagación de la señal que transmiten los nervios motores a los músculos para que se contraigan y produzcan tensión.

La disminución de la fuerza muscular que se observa con la edad, especialmente en las personas que no hacen ejercicio físico, tiene dos consecuencias importantes:

1. En la vida diaria, cuando tienen que hacer un esfuerzo desacostumbrado, como levantar cosas pesadas, se dan cuenta que cada vez les cuesta más esfuerzo. Sin embargo, como la disminución de la fuerza muscular que se observa entre los 20 y los 50 años es pequeña (5-10%), no se nota mucho.

2. La consecuencia más importante de la pérdida de fuerza es que puede favorecer la aparición de algunas lesiones o dolores en músculos y articulaciones, como por ejemplo, el dolor de espalda.

Numerosos estudios realizados con hombres y mujeres sedentarios con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años han mostrado que tras varias semanas de entrenamiento de fuerza, entrenando 2 a 3 veces por semana, se observa un aumento significativo de los valores medios de fuerza máxima del orden del 10% al 30%. Ello significa que, tras pocas semanas de entrenamiento, las personas previamente sedentarias, pueden alcanzar valores de fuerza iguales o superiores a los que tenían 10 a 15 años antes. También podemos observar en estudios realizados con hombres y mujeres sedentarios de edades comprendidas entre los 42 y los 98 años han demostrado que tras varias semanas de entrenamiento de fuerza utilizando ejercicios con pesos adicionales o ejercicios con máquinas de musculación (entrenando 2 a 3 veces por semana, desde 30 hasta 60 minutos por sesión de entrenamiento), a unas intensidades entre el 30%-40% y el 70%-80% del peso máximo que podemos levantar una sola vez (1RM), se observa un aumento significativo de los valores medios de fuerza máxima del orden del 18% al 26%. Esto significa que, tras pocas semanas de entrenamiento de fuerza a una intensidad lo suficientemente alta, las personas mayores de 50 años de edad previamente sedentarias, pueden alcanzar valores de fuerza iguales o superiores a los que tenían hasta 20 años antes. Además del aumento en la fuerza, los sujetos sedentarios, sometidos a varias semanas de entrenamiento, pueden disminuir la cantidad de grasa del cuerpo, la pérdida de masa ósea, los dolores de espalda y el riesgo de tener una diabetes de tipo II

Publicación:

Lic. Mariano Fontán Galán

Lic. Sebastián Uriel Martínez


(1) Juan José González Badillo y  Juan Rivas Serna. “Programación del entrenamiento deportivo”
(2) (3) (4) (5) Leopoldo de la Reina Montero y Vicente Martínez de Haro. “Manual de teoría y practica del acondicionamiento físico”
(6) (7) Cuadro extraído de www.saludydeporte.consumer.es

Comentario (1)

seryestuada12 de Mayo, 2012 a las 9:46

What heyday isn’t today?

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